Ángeles y demonios


Hoy, me ha venido a la mente, y desgraciadamente van pasando los años, recuerdos de mi mas tierna adolescencia, en la cual, el ciclismo me fue enganchando lentamente en esas calurosas y pegajosas tardes de Julio, en las que tenias dos opciones: Disfrutar de los educativos documentales de animales de la 2, o ver el tour de Francia por la 1.

En ese Tour destacaban estrellas como Pantani, Indurain, Riis, Virenque, Zülle, Chiappucci, Ullrich, Bugñio o Ugriúmov, depués vino Lance Amstrong y  "revoluciono  el mundo del ciclismo" tanto, que acabo fuera de el como un elefante en una chatarrería , pero eso es harina de otro costal....

Centrándome en esos corredores de los 90, la verdad que casi todos, excepto el bueno de Miguelón, han tenido un trágico final, en algunos casos envueltos en  un circulo de drogas, alcohol y fiestas en clubes y discotecas, sin contar los casos de dopaje.  Todo ello  les paso factura, unos no lo han contado, algunos en proceso de rehabilitación venden sus miserias en modo de libro para poder saldar las deudas, ya que no les queda nada de aquella  época dorada en la que eran ídolos. ¿Que paso?¿Porque estas estrellas que lo tenían todo se vieron envueltas en un ambiente de sexo drogas y rock and roll ? Se les apodero una especie de espíritu del vive a tope y muere joven que cualquier estrella de rock afirmaría sin duda alguna.


Los 90, fueron una década complicada, la economía se hinchaba , la burbuja empezaba a nacer, el país  crecía, todo era felicidad y abundancia. El ciclismo empezaba ya a ser considerado un deporte en crecimiento, con Perico descubrimos este deporte, pero con Indurain lo empezamos a seguir y a interesarnos de manera mas continuada todos los españoles.

Pedíamos mas, queríamos grandes gestas, grandes campeones, grandes marcas, subidas de infarto emoción hasta el último minuto, y empezaron a surgir estas leyendas sobre dos ruedas. Quizás los que menos culpa tuvieron de esto fueron los propios ciclistas, rodeados siempre de una excesiva presión y de un entorno exigente. Todo ello llevo poco a  poco  a lo que ya conocemos,  niveles altos de hematocrito y pinchazos de sustancias prohibidas, de los que aun, hoy en día,  la prensa sigue  haciéndose eco con algún caso puntual que surge en algún control antidoping de una gran prueba.

Pero, ¿quien pensó en la persona? en el ser humano debajo de ese maillot, defendiendo  unos colores e incluso a un  país, managers que querían triunfos para llenarse los bolsillos, anunciantes que exigían grandes gestas, medios de comunicación con noticias para llenar portadas. Muchos de esos ciclistas vivían rodeados de un ambiente viciado, toxico y en la época dorada de los 90 no aguantaron esa presión, el cuerpo humano tiene sus limites, y estos deportistas creo que estuvieron expuestos  demasiado tiempo al borde de la linea roja que marca la caída hacia el abismo

Aun así, y en esas circunstancias, nos dejaron grandes tardes de gloria para el ciclismo y en otras despertar el amor hacia este deporte que básicamente se trata de eso, de lucha contra uno mismo. Por ello y a pesar de todo, debemos agradecerles la pasión y entrega con la que lucharon y nos regalaron tardes de  duelos míticos, o gestas imposibles de ver hoy en día, por todo ello son y serán recordados durante muchas décadas, como ángeles en la carretera  o demonios fuera de ella.

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